Coincidirán conmigo en decir que estamos viviendo un tiempo de suspenso... ¡Quién iba a imaginar que el final del 2019, y el comienzo del 2020 sería un tiempo de tanto sobresalto!
El famoso 21 de Noviembre de 2019 cuando aquí en Cali, tuvimos que encerrarnos en la noche con mucho temor por unos vándalos que andaban sueltos por ahí... se sentía un ambiente pesado... la ciudad entera se debatía entre el pánico y la valentía... Luego, el 24 de diciembre, cuando se suponía que nuestra mente y corazón estaban llenos de mucha alegría por lo que significa la navidad y lo especial de ese día... ¡Tembló! y con varias réplicas importantes. Esto puso a nuestro corazón vigilante... Después, Australia se encontraba viviendo uno de los peores incendios de la historia y nuestro corazón se arrugaba no sólo por lo que las personas estaban padeciendo, sino porque veíamos cómo se necesitaba de un milagro para salvar la vida de miles de animalitos que estaban perdiendo la batalla... Unos días después, se calentaron los ánimos entre Iran y EEUU, haciéndonos sentir el temor de estar ad portas de la Tercera Guerra Mundial... ¡Realmente nos asustamos! En medio de todo esto vino el Coronavirus... Cuando comenzó en China, casi nadie creyó que tuviera la trascendencia que está teniendo ahora... pensamos que no llegaría a nosotros... que todo era una exageración... que era ¡una prima más! La avalancha de eventos no se detuvo, y entonces hemos tenido tornado en Nashville, Coronavirus en Italia, España, Estados Unidos y finalmente Colombia, y ha puesto nuestro corazón de frente a una realidad: ¡LAS COSAS NO ANDAN BIEN! Así que no es fácil no dejarse afectar el ánimo, la esperanza, la paz... así que no es fácil no sentir temor... Las causas que vienen a nuestra mente, van desde una conspiración entre los más poderosos... hasta el hecho de que la misma naturaleza nos está hablando. Hace poco leí una frase que decía: "Lo malo no es el Coronavirus... lo malo es que Dios está hablando y nadie escucha" El día de hoy, también conversaba con un amigo sobre lo folklóricos que somos a veces para vivir esta vida sin responsabilidad personal y mucho menos colectiva. Y una frase que me dijo mi amigo, me llamó poderosamente la atención: " Tardamos en tomar conciencia del asunto, acción tardía aún en nuestro llamado espiritual, creemos que siempre hay tiempo, somos procrastinadores por excelencia... viene el virus y lo subestimamos y oímos decir que viene el Señor y oídos sordos, cero preparación!" Para nuestra tristeza, ¡mi amigo tiene toda la razón! El mundo nos está hablando... Los hechos de nuestra sociedad, nos están hablando... Dios nos está hablando... Y nosotros (no todos) estamos distraídos por las ventanas de este mundo y no estamos escuchando los gritos de que ¡las cosas no andan bien! Estamos frente a una crisis en todos los sentidos... y no sé ustedes, pero frente a todo lo que está ocurriendo, no puedo pasar la página y pensar que este es un tiempo más... un día más... Hay preguntas que debemos hacernos: ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Qué bueno estoy dejando de hacer? ¿Hacia dónde me llevan mis pasos? ¿Qué me está diciendo Dios? ¿Por qué no puedo escucharle? Cada uno, si captura su interés, deberá dar respuesta sincera a estas preguntas... Deberemos responder... Pero más allá del cuestionamiento que debemos hacernos frente a todos los hechos... más allá de que haya una mente maquiavélica detrás de cada cosa que está ocurriendo... más allá de que sea la suma de todos los males... hay una realidad que se pone en perspectiva: Dios ha prometido estar con nosotros cada día de nuestra vida... La pregunta es: ¿Estamos nosotros con Él? Porque si yo he decidido poner mi vida en Sus manos, entonces, en medio de todo lo que vivo, esta verdad es para mí: "El Señor es mi luz y mi salvación... ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién me he de atemorizar? " (Salmo 27:1) RVA2015 ¿Saben algo? no está mal sentir temor, lo malo es quedarnos allí, lo malo es dejarnos caer y no escuchar la voz de Dios. Jesús mismo sintió temor, así que entiende lo que estamos viviendo, lo que estamos sintiendo. El salmista también nos deja ver sus temores... pero tanto Jesús como el Salmista, nos hablan de una fe que se hace realidad. Y en medio del temor expresado, también vienen palabras que hablan de esa fe... de esa confianza que da el estar en las manos del Señor, y ésto, ¡marca la diferencia! Jesús dijo: "En el mundo tendréis aflicción..." pues ahora estamos en aflicción... Jesús también dijo: "Pero confiad... yo he vencido al mundo"... ¡es momento de confiar! Debemos confiar en que la guerra ya fue ganada y Dios está al control de la historia y de nuestras vidas, así ahora se levanten nubes negras y grandes tormentas... Dios... nuestro Dios esta al control! "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre o desnudez, o peligro o espada?... Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada, nos podrá separar del amor De Dios, en Cristo Jesús!" (Romanos 8: 35, 37-39) LBLA -Claudia Silva- P.D. ¡Este mensaje me lo digo a misma, pues todo esto ha afligido mi corazón... es mi momento de mirar a Dios y confiar en que Él está al control de mi vida! Este mensaje es para mí... solo que quise compartirlo contigo, por si te sirve...
0 Comentarios
|
AutorClaudia Silva Archivos
Marzo 2020
Categorías |