Buscando una definición en internet, me encontré con la siguiente:
"Bullying es una palabra inglesa, también conocido como “acoso escolar” o “hostigamiento escolar“, bullying está compuesto por la voz “bully” que quiere decir “maton” o “peleon” más la terminación “ing” que indica la acción o el resultado de una acción. Este vocablo no está dispuesto en el diccionario de la real academia pero puede ser definido como el maltrato o la conducta agresiva de un determinado individuo hacia otro, que constantemente se repite con el fin de producir daño premeditadamente a este. Este tipo de acoso se caracteriza por optar por un comportamiento cruel, brutal y muchas veces inhumano con el principal objetivo de infligir daño a una determinada persona para asustarlo o someterlo"
Si bien es cierto se usa en el plano escolar, por el entendimiento de su definición podemos trasladar este concepto más allá de las aulas escolares, entendiendo que todos estamos en la "escuela de la vida".
El Bullying, lo vivimos cada vez que nuestras conductas, activas o pasivas, de manera sistemática, apuntan o aportan hacia el daño sicológico o físico de una persona, que es nuestro par.
He escuchado a padres de familia, profesores o docentes, aterrarse cuando uno de nuestros estudiantes recibe este tipo de maltrato, y nos sentimos conmovidos y movidos a protegerle o defenderle.
Sin embargo, hay otro tipo de maltratos, que al ser de manera reiterativa, con el propósito de destruir la imagen de una persona o la integridad de una persona, se podría llamar también Bullying, pues el efecto, es el mismo.
Me ha gustado conocer sobre política, y en alguna ocasión pude saber de cerca cómo le daban "muerte política" a alguien que era inocente. Simplemente porque para que otro surgiera, le era necesario eliminar a la competencia. Esta persona, había hecho su carrera política, y sin ser un santo, o alguien libre de errores, tampoco era todo lo que los medios se encargaron de rumorar. Su caso, fue título de primera plana muchas veces! y finalmente en comentarios de pasillo, la gente opinaba sobre este caso, con pasión y enojo, por lo que los medios decían que esta persona había hecho... y era inocente... ¡lo supe de cerca!
En el Bullying intervienen tres partes:
1. "La víctima", que es quien recibe el daño sistemático. A veces el daño no llega a ser físico, pero siempre es sicológico.
2. "El victimario", quien o quienes propician el daño de manera directa. Él o Ellos son los protagonistas principales, y son los que generalmente maquinan y ejecutan el daño.
3. "El Cómplice"... estos pueden ser activos, que son aquellos que ven cómo se maltrata y participan de comentarios alusivos a este maltrato. Y otros que son pasivos, que ven lo que pasa, pero que siguen allí como si nada estuviera ocurriendo.
Todo esto confluye en un daño deliberado hacia alguien "más indefenso"... Este daño, va a depender de las herramientas que tenga la víctima para recibir y procesar el maltrato recibido.
Para nadie es un secreto que hay jovencitos, que no han tenido herramientas para soportar este tipo de maltratos y en algunos casos, han terminado quitándose la vida.
Esto me hace pensar en cuánta responsabilidad hay en nuestros pensamientos, palabras, obras y silencios frente a un daño hacia una persona. Cuántas veces participamos de charlas que tienen como objetivo destruir el honor o la honra de alguien. Cuántas veces decimos y repetimos cosas y frases, que aunque parezcan, no nos constan, y no nos damos cuenta cuánto daño le hacemos a otros con nuestra conducta. A veces, no somos conscientes de ello y es por eso que quiero compartir esta reflexión por aquí.
El Bullying no solo es escolar... es fuera de las aulas... en la escuela de la vida. Cada vez que hablamos mal de alguien, que buscamos dañar su imagen en todos los ambientes en que esta persona se mueve, que decimos cosas que aunque parecen, no nos constan... estamos siendo protagonistas victimarios.
Cada vez que prestamos oídos y nos deleitamos en esos comentarios que no ayudan a restaurar personas, sino a destruirlas, estamos siendo cómplices activos.
Y cada vez que hacemos caso omiso, que vemos cómo dañan a otro a quien conocemos poco o mucho, pero no nos pronunciamos en su defensa sino que simplemente dejamos que suceda, igual somos cómplices.
Que el Señor nos ayude a dar nuestro mejor aporte. A saber elegir los comentarios de los que vamos participar. Que practiquemos el arte de ir a la fuente, antes de hacernos juicios en nuestra mente que dañan a otro. Que Dios nos ayude a tener misericordia por el otro... a valorar su integridad, a no prestarnos de ninguna manera para dañar a otra persona, ni de manera activa o pasiva. A no hacer juicios... porque definitivamente, a no ser que la otra persona lo admita, jamás sabremos la verdad... sólo Dios. Mateo 7:1-3.
Que el Señor nos ayude a no multiplicar aquello que tanto rechazamos, como es el Bullying, pues nunca sabremos cuánto daño causamos. Nunca sabremos si la persona que recibe los daños, está perfectamente equipada para recibir los daños y superarlos.
Aquí... ¡la regla de oro debe ser nuestro norte! ¡Se nos ha ocurrido pensar qué pasaría si fuera a nosotros a quién nos lo hicieran?
¡Que Dios nos ayude!
-Claudia Silva-